A la hora de realizar cualquier producción audiovisual no basta simplemente con coger una cámara, tener un equipo y ponerse a grabar sobre la marcha, al contrario, se requiere una planificación cuidadosa de todos los elementos que intervendrán para que, así, no surjan complicaciones y se optimice al máximo el tiempo. Una producción desordenada o no planificada tendrá un gran coste, tanto de tiempo como económico.
Aunque es cierto que siempre pueden surgir imprevistos y que puede darse el caso de que determinados elementos sufran modificaciones durante el rodaje, la verdad es que, si se realiza una planificación previa, se reduce mucho su probabilidad.
Uno de los elementos fundamentales a tener en cuenta, aparte de otros como el presupuesto, es el guion. Seguramente ya hayas oído hablar de él con respecto a películas u obras teatrales, pero ¿sabías que también se aplica a cualquier otro tipo de vídeo e, incluso, a formatos sonoros como los podcasts?
Así que, siendo prácticamente la base principal y el principio de nuestra idea, ¿conoces realmente qué es y para qué es útil? ¿Sabes los diferentes tipos que existen? Y lo que es más importante: ¿conoces qué debes tener en cuenta para realizarlo?
No te preocupes, vamos paso a paso:
¿Qué es un guion?
Se trata de un documento en el que se recogen, de manera estructurada y organizada, todos los detalles necesarios para que una idea se realice. Esto abarca no solo los diálogos o descripciones de la escena, sino también los planos que se realizarán y otros aspectos técnicos.
Es la idea principal, la madre de nuestra producción, el primer borrador de todo el planteamiento que va a seguir la obra audiovisual. Responde a preguntas como, por ejemplo, ¿qué se va a ver en pantalla? ¿Se va a escuchar música, voz o ambas? ¿Qué mensaje va a transmitir?
Por esto, es importantísimo tener un buen guion y crearlo con especial consideración será fundamental a la hora de determinar la calidad del producto final: si nuestra base no llega a cierto nivel, no podemos esperar que nuestro vídeo final sea excelente. Asimismo, es fundamental que quien se encargue de su elaboración conozca perfectamente qué es lo que se va a poder hacer y que no, ajustándose a las características que tendrá la producción.
Muchas veces, los guiones van acompañados de algo llamado storyboard. Esto es simplemente la representación visual (dibujada o no) de todas las tomas que va a tener el vídeo. Sin embargo, no es habitual que forme parte del guion y tampoco es obligatorio tenerlo, aunque en algunos proyectos pequeños puede llegar a incluirse. Es más habitual su uso en animaciones que en otro tipo de producciones.
Aunque se habla de “el guion”, normalmente se divide en dos documentos distinguidos, haciendo, por tanto, dos guiones distintos o, lo que es lo mismo: dos tipos de guiones.
¿Qué tipos de guiones hay?
Principalmente se encuentran dos tipos distintos de guion: el literario, que es el que usualmente suele venirnos a la mente cuando pensamos en este tipo de textos, y el técnico. Este último no se conoce demasiado y es normal, ya que es el que define cómo se va a realizar la producción.
Pero vamos por partes, es esencial conocer primero qué es un guion literario para comprender la naturaleza del guion técnico.
Guion literario
Así, el guion literario es el primer punto de partida con el que iniciaremos la producción. Se hace antes de plantearse siquiera cómo se va a grabar puesto que su objetivo principal es poner orden a la idea y plasmar cómo se va a desarrollar la acción desde el punto de vista narrativo.
Es por ello que lo que va a recoger principalmente son las descripciones de los escenarios, los gestos de los personajes o su actitud corporal, las características físicas relevantes de cada uno de ellos y, por supuesto, los diálogos y cuándo transcurre cada escena.
Pese a que pueda contener más o menos carga literaria, hay que tener presente que no se trata, en ningún caso, de una novela ni de una obra literaria. El guion sirve a la producción visual, por lo que debe atender a sus necesidades. De esta forma, requiere de una manera de contar diferenciada que evite cualquier desvío puramente literario, intentando ser lo más concreto y descriptivo posible, pero sin caer en el excesivo adornamiento.
En cuanto a los personajes, habrá que diferenciar claramente cuáles son los secundarios y cuáles los principales, así como cualquier característica psicológica (además de las físicas) que pueda ayudar luego a la hora de realizar la actuación. Aún con todo, esto se aplica tan solo a aquellas producciones donde queramos incluir personajes: no todas necesitan de este recurso.
Otro detalle a destacar es el marco de tiempo en el que se desarrolla cada escena y se vuelve especialmente relevante cuando se quiere grabar en exteriores o en interiores que no dependan de la luz artificial. Esto ya nos sirve de ayuda a la hora de determinar otros factores cómo dónde se va a grabar y cómo (habrá que tener en cuenta la iluminación), además de las horas a las que tendremos que realizarlo para que sea lo más fiel posible a la realidad. Si tu escena ocurre durante la tarde, grabarla con la luz de las primeras horas de la mañana podría no ser lo más adecuado. Por tanto, si esto se define en el guion literario, el proceso posterior resultará más fácil.
Los guiones literarios admiten cambios en el mismo que puedan surgir durante su lectura y aprobación y hasta en la propia grabación. No es algo raro ver guiones tachados o escenas cambiadas. Sin embargo, una vez se está grabando o en medio de la producción, estos cambios suelen ser en tanto a personajes o detalles de la historia se refiere, pero no es habitual que se hagan sobre aspectos que puedan repercutir sustancialmente en cómo se desarrollará la producción, lógicamente.
Este último dato nos lleva al siguiente tipo: el guion técnico.
Guion técnico
Se realiza a raíz del guion literario. Es cuando, por fin, se puede comenzar a plantear el cómo se va a grabar, la técnica que se va a seguir y la acción final que se ejecutará.
Usualmente tiene una estructura dividida en columnas, donde se reflejan todas las secuencias y escenas que se van a realizar y se establecen los planos para cada una de ellas, siempre con su respectiva numeración para que el proceso directivo resulte más sencillo. También se incluirán aquellos aspectos relacionados con la grabación como el ángulo de la toma, el movimiento de la cámara, la iluminación, música o efectos de sonido, decoración…y cualquier dato que pueda necesario para la ejecución.
Es en esta fase cuando también se define el plan de rodaje. ¿Recuerdas el guion literario y su relación con el aspecto temporal? Precisamente este era uno de los datos que resultaban importantes. En efecto, detalles como dónde se va a grabar (en función del aspecto temporal), si se van a utilizar focos o luz natural, así como toda la agenda del equipo son los que también se definen a raíz del guion literario, precisamente por sus requisitos técnicos, plasmados en el guion técnico.
Si, por algún motivo, tu producción tiene algún tiempo limitado, siempre se puede definir en este guion cuánto va a durar cada secuencia o escena en cámara.
Por último, existen guiones técnicos con menos columnas si la producción lo requiere. En estos, normalmente una de ellas corresponde a lo que se va a ver y la otra a lo que se va a oír. Se suelen utilizar en vídeos que tengan una voz en off o locución, como podrían ser reportajes o vídeos institucionales.
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